Lazos secretos by Christine Rimmer

Lazos secretos by Christine Rimmer

autor:Christine Rimmer
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico
publicado: 2007-12-31T23:00:00+00:00


Capítulo 9

Gimió cuando él la tocó. Mitch se perdió en ese sonido hambriento y femenino. La rodeó con los brazos y la atrajo hacia sí con fuerza. Había estado volviéndolo loco, desde hacía más de una semana.

Vivir en su casa y no tocarla… era imposible.

Se había dicho que debía superarlo. Que no la quería, ni ella a él. Que la situación ya era lo bastante complicada como para empeorarla con una aventura. Pero no había servido de nada.

Inclinó la cabeza y capturó su boca, apreciando su suspiro de rendición mientras acariciaba sus increíbles labios con la lengua.

—Oh. Oh, Mitch. Sí…

Atrapó su labio superior y succionó con suavidad. Luego introdujo la lengua en su boca. Ella gimió un poco más y apretó su bonito y blando cuerpo contra él. Fue una sensación maravillosa. Ella era un sueño perdido. Un sueño que no había tenido la esperanza de volver a encontrar. No podía amarla. Ya no.

Pero tampoco podía sacársela de la cabeza.

Lo afectaba como ninguna otra mujer. Se había excitado en cuanto empezaron a hablar sobre su primera vez, en el asiento trasero del coche. Se excitaba más cada segundo que pasaba.

Puso las manos en sus nalgas y la apretó contra su erección. Cerró los ojos y gruñó.

«Está ocurriendo de verdad. Kelly y yo. Después de demasiados años largos y solitarios».

Ella le entregó su lengua para que la succionara. Él lo hizo, rítmicamente y con dureza. Inspiraba por la nariz, llenándose de su aroma, un olor dulce y femenino que no había conseguido olvidar por más que lo había intentado.

Ella se apartó de repente. Él intentó retomar el beso, reclamar esos labios tentadores. Pero ella empujaba sus hombros, diciendo su nombre.

—¿Qué?

—No tengo nada… anticonceptivo.

—No es problema. Yo sí —reclamó su suave boca y atrajo de nuevo su cuerpo. No había nada comparable a tener sus nalgas en las manos.

Aunque su sabor también era de lo mejor.

Estaba besando a Kelly. Por fin. Había llegado a pensar que no ocurriría, pero se había estado engañando. No podía resistirse.

Llevaba demasiada ropa. Agarró su cintura y la alejó. Ella lo miró.

—¿Qué? Mitch… por favor… —Aferró sus hombros, intentando atraerlo de nuevo.

—Sabías que ocurriría. Que era inevitable.

—Sí, lo sabía.

—Desde que te vi en ese escenario supe…

—Oh, sí…

—Hazme un favor. Quítate la ropa.

Ella suspiró y parpadeó, como una mujer que despertara de un largo sueño.

—¿Aquí? ¿Ahora?

—Sí.

—Con una condición —sonrió y él deseó volver a besar sus deliciosos labios.

Deslizó el dedo por la curva de su mandíbula. Él mero contacto lo excitó. Todo en ella lo excitaba. Después de tantos años, era igual que cuando eran adolescentes, si no más.

—Tú también tienes que quitarte la ropa.

—Trato hecho —aceptó él rápidamente.

—Será una carrera.

—Da la salida —se rió él.

Ella quitó las manos de sus hombros y dio un paso atrás. Mitch hizo lo mismo, recordando los juegos que solían practicar. Una vez superaron la timidez y vergüenza inicial, se habían sentido libres para tentar, seducir y alargar el placer con juegos y diversiones inocentes.

Kelly hizo girar la cabeza de un lado a otro.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.